En principio, las llantas de aleación ligera no deben repararse. Las reparaciones, es decir, las intervenciones en la estructura del material, así como los tratamientos térmicos y la reformulación, están prohibidos por la ley, por razones de seguridad.

En caso de daños, debe comprobarse en cada caso específico si se puede seguir conduciendo con la llanta.

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